lunes, 19 de marzo de 2018

Entérate lo que dijo Lizio de Oriente y de Blooming

La experiencia acumulada por su paso en varios equipos del mundo convierte a Damián Lizio en palabra autorizada para hacer un análisis del porqué los equipos cruceños no logran ganar seguido títulos ligueros. Cree que la falta de una base de jugadores es la principal causa, ya que tanto Blooming como Oriente cambian sus plantillas cada seis meses, además del factor económico.

Lizio y su familia son muy creyentes de Dios, en especial él, que agradece al Creador la vida que lleva como jugador profesional. Revela lo que le costó llegar a ser uno de los futbolistas más queridos por la afición bolivarista, donde se necesita de mucho esfuerzo.

Recuerda que tuvo que permanecer varios años relegado a la banca de suplentes, pasó varios de sus cumpleaños lejos de su familia y, sobre todo, sacrificó muchas cosas para llegar a ser uno de los mejores jugadores del país.

Recuerda con mucho cariño su paso por la selección nacional, donde ha llegado a sentirse como un boliviano más.

Defiende la camiseta de Bolívar, con el que espera llegar a ganar el título del Apertura y conseguir el tan ansiado tricampeonato en el torneo local.

¿Dónde comenzó tu historia como futbolista?

De muy chico, a mis siete años ingresé al club River Plate, donde hice todas las inferiores y tuve la suerte de poder llegar a la primera a mis 18 años.

¿Qué recuerdas de tus primeros entrenadores?

Tengo varios recuerdos buenos, tuve excelentes técnicos en las divisiones menores. El entrenador que me hizo debutar fue Daniel Alberto Passarella, me dirigió el ‘Cholo’ Simeone y ‘Pipo’ Gorosito, quienes son a los que más recuerdo con cariño.

¿Cómo se dio tu debut en River Plate?

Tenía 18 años, era parte del plantel juvenil y jugué ante Huracán, era por el torneo local.

¿Qué recuerdas de ese partido tan esperado?

Fue un encuentro muy lindo, gracias a Dios me fue muy bien, hice un buen debut porque a partir de ahí me quedé a trabajar con el primer plantel.

¿Qué te decía la familia?

Fue como un sueño, toda mi familia es hincha de River, todos estaban orgullosos, recuerdo que desde que era muy niño iba a la cancha a ver jugar al equipo. A mi familia, verme con esa camiseta, causó una gran emoción en todos. Había conseguido un gran sueño para todos.

¿Cuánto trabajo te costó llegar hasta ahí?

Fue muy complicado, tuve la oportunidad de ver pasar a varios jugadores excelentes, pero que no tuvieron la oportunidad de debutar en primera, para mí fue una gran bendición.

Después de debutar, ¿cuál fue tu siguiente paso?

De River salte al Córdova de España, fui a préstamo, obviamente uno quería ganar más minutos y cuando comenzaron a surgir posibilidades decidí salir, ese fue el primer equipo donde salí de Argentina. Eso fue en 2009, luego fui a Chipre, donde conocí a Ángel Guillermo Hoyos, que posteriormente, en 2011, me trae a Bolívar.

¿Tuviste que pensarla para llegar a Bolívar?

Ya conocía algo del club, pero fue más una gestión del técnico Hoyos junto con Nacho García, que era mi compañero, los dos me hablaron para venir acá y justo esa temporada Bolívar jugaba la Libertadores y me interesó.

¿Te sedujo la idea desde un inicio o la pensaste?

Sí, la tuve que pensar mucho (se ríe), uno sabe que cuesta llegar al fútbol de Europa y por ahí era dar un paso atrás volver a Sudamérica, pero sabía que Bolívar es un equipo grande del continente y yo tenía la oportunidad de ser el protagonista y eso fue lo que me interesó.

¿Qué Bolívar encontraste a tu llegada?

La verdad que encontré un buen grupo, no me costó trabajo acostumbrarme al estilo que se tenía, quizás el tema de la altura sí me costó un poco. Recuerdo que en mis inicios no podía jugar, pero luego uno se adapta y puede rendir bien.

Luego tuviste una salida rápida de Bolívar, ¿verdad?

Salí campeón, hice una buena Libertadores y creo que ahí se había cumplido mi primer ciclo en Bolívar, decidí buscar otras experiencias y volví al fútbol argentino, donde estuve seis meses y me fui bien ahí; luego se dieron otras oportunidades, me fui a Chile, estuve por Brasil y ahora de nuevo en Bolívar.

¿En todo ese trajín ya pensaste en jugar por la selección nacional?

Sí, la verdad es que siempre soñé con jugar en la selección boliviana, desde que se me presentó la oportunidad era como un nuevo sueño. Recuerdo que un tiempo soñé con jugar en la selección argentina, pero es muy difícil, estuve ahí hasta la sub-20, pero luego ya no. Cuando se presentó la oportunidad de jugar por Bolívar el sueño de jugar por un país volvió. Gracias a Dios tuve la oportunidad de defender los colores de Bolivia, sabía que era un reto grande, me gané el cariño de la gente y eso me hace sentir un boliviano más; acá siempre me sentí cómodo y ahora Bolivia es mi hogar.

¿Qué te sedujo de Bolivia?

Todo, la verdad que me adapté súper rápido, la gente siempre me manifestó su cariño, me tratan bien acá, conocí a mi esposa, creo que comencé a hacer una familia desde el momento que llegué al país y ese amor fue creciendo y, como siempre lo digo, soy un boliviano más. Soy un boliviano más.

Cuando decidiste naturalizarte, ¿qué te dijo tu familia?

Esa decisión la pensé solo, no es fácil, luego consulté con mi familia, ellos sabían que este era mi lugar, que acá había encontrado cosas que por ahí en otros países no había hallado, entonces uno debe estar donde se sienta más cómodo; Bolívar me trató bien y luego con la selección me encariñé aún más.

¿Qué sentiste cuando te convocaron por primera vez?

Fue un sueño y una gran oportunidad, quería jugar las Eliminatorias, la Copa América, fue como un sueño, por eso cada vez que me puse la camiseta de Bolivia la defendí como si hubiera nacido acá.

¿Qué recuerdos queda de tu paso por Oriente Petrolero?

Para mí fue un paso muy bueno en mi carrera, venía de un año complicado en Brasil, donde estuve más de seis meses lesionado, necesitaba volver a jugar y Oriente me trató muy bien, es un club muy lindo, me abrió las puertas y los primeros seis meses fuimos protagonistas, peleamos la Liga y pasamos a la otra fase de la Sudamericana, logramos armar un buen equipo que después, el segundo semestre, se cayó un poco. Me tocó otra vez lesionarme, estuve varios partidos fuera, el club no tuvo un buen presente. Recuerdo a Oriente con mucho cariño, a la gente igual, es un club al que le agradezco mucho.

¿Se extraña el calor?

-(Ríe). Sí, el clima en Santa Cruz es muy lindo, pero no es solo lo que extraño de allá, son muchas cosas, pero por suerte no está muy lejos y puedo ir y darme una vuelta en cualquier momento, eso me alegra bastante.

¿Romel igual estuvo por allá en este tiempo?

Sí, choqué en Oriente junto a Romel Quiñónez y Moisés Villarroel, que ya nos conocíamos, la adaptación fue muy rápida, logramos hacer un buen equipo.

¿Qué les falta a los equipos cruceños para no caerse en su mejor momento?

Un poco de todo, tanto Blooming como Oriente cambian sus equipos cada seis meses y por eso no logran títulos, no logran mantener una base, tienen dificultades económicas, todo eso suma, además del estado de las canchas donde se entrena, afecta el rendimiento. Al no tener una base sólida la responsabilidad cae sobre los jugadores y por eso no pueden salir campeones, todo proceso tiene una adaptación y a veces no lo respetan, acá en La Paz se mantiene esa base.

¿Dónde conociste a tu pareja, con quien armaste tu familia?

En Santa Cruz, me la presentó un amigo de la iglesia, yo soy cristiano, pero también tengo amigos del fútbol, la verdad tengo una hermosa familia. Tengo dos hijos. Santino, que tiene cinco años y Evangelina, una nena de un año y medio. Con mi esposa estamos analizando la posibilidad de tener uno más.

¿Eres de salir a bailar o más hogareño?

Soy más casero, por lo menos desde que tengo mi familia, respeto mucho mi hogar y ahora todos mis planes son a base de mi familia.

¿Barcelona o Real Madrid?

Barcelona.

¿Qué jugador admiras a escala internacional?

Lionel Messi, es el mejor.

¿Cuál fue tu éxito para llegar a ser jugador profesional?

La constancia, la perseverancia, el sacrificio. Si quieres llegar a ser profesional, debes ser constante, no todos lo consiguen, pasa el tiempo y como profesional muchas cosas se te olvidan, pero ahora son cosas más lindas las que se viven. En mi etapa de formación me tocó quedarme muchas veces fuera del equipo y en otras era suplente; no celebré varios cumpleaños y perdí muchos de mi familia. No se va a fiestas, hay que cambiar de colegio cada año; toda mi vida estuvo ligada al fútbol y creo que eso demanda bastante, no se pueden hacer varias cosas, si te enfocas y quieres ser profesional, debes ser consciente de lo que representa, es una profesión exigente en la que se debe ser constante pase lo que pase. Hay que entrenar, pasar miles de pruebas, ver pasar a cientos de jugadores y permanecer en tu puesto, hay que agradecer a Dios por el talento, se debe cuidar la alimentación, hacer gimnasio y tener un buen descanso. La verdad son muchas cosas que se necesita para llegar a ser un jugador de primera.

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